Terapia Restaurativa Atraumática

Después de retirar selectivamente la sustancia dental cariosa con instrumentos manuales, la cavidad se llena con cemento de ionómero de vidrio autoendurecedente convencional (CIV). El dolor y la ansiedad son significativamente menores tanto en niños como en adultos que reciben terapia TRA, en comparación con la terapia convencional.

La eficacia a largo plazo de la TRA es menor que con restauraciones realizadas en condiciones de buen equipamiento, ya que el CIV tiene un mayor riesgo de falla en comparación con otros materiales de relleno o coronas de acero inoxidable. Pero como a veces no se dispone de un tratamiento óptimo, el TRA podría ser un enfoque factible: en un metaanálisis de 5 estudios de eficacia de la TRA, 4 de los 5 estudios no encontraron ninguna diferencia estadística de supervivencia entre los cementos de ionómero de vidrio aplicados con TRA y las restauraciones de amalgama en niños. Ambas se realizan en su mayoría en condiciones comprometidas en países en desarrollo [1]. Se han notificado resultados similares en adultos mayores (edad media 78,6 años). Una revisión sistemática reciente obtuvo evidencia de baja calidad de que la TRA usando H-CIV puede tener un mayor riesgo de fracaso de restauración que el tratamiento convencional para lesiones de caries en dientes primarios [2]. Especialmente las restauraciones de clase II con CIV conllevan el riesgo de tasas de fallas inaceptables.

No hay estudios que sugieran que el uso de TRA aumenta el riesgo de efectos secundarios adversos para los pacientes durante o después del tratamiento.

Los análisis de costos dependen en gran medida de los modelos seleccionados. La TRA cuesta menos que las restauraciones de amalgama convencionales. Los costos del programa pueden ser un 50 % menores que los procedimientos restaurativos de amalgama y resina compuesta de un entorno clínico tradicional. Por otro lado, la tasa de fracaso relativamente alta de las restauraciones con CIV, especialmente para lesiones de varias superficies, disminuye la rentabilidad a largo plazo de la TRA, dado que genera costos elevados por nuevo tratamiento.

La TRA se desarrolló principalmente para uso en programas comunitarios y escolares en países en desarrollo. Debido a que no se necesita electricidad, y que el equipo es portátil y fácil de configurar, la metodología TRA es particularmente apropiada cuando se tratan lesiones de superficie única en escuelas, hogares de ancianos y entornos comunitarios.